viernes, 3 de mayo de 2013

Sociedad amedrentada, Sanidad fusilada



Tras meses de pesadumbre y congoja por fin veo claramente el sentido al plan del Gobierno regional. Pobres incrédulos estos madrileños, estaba claro que nuestro Gobierno no podía estar mirando para otro lado simplemente por ignorancia o por incompetencia...tras ver recreados los fusilamientos del 2 de mayo, he abierto los ojos para mirar más allá de los insultos y vejaciones a los profesionales sanitarios. Ahora entiendo como siente un perro las caricias tras recibir una paliza de su amo; sin duda son las más gratificantes y las más agradecidas...si mi amo me castiga, está claro que me lo merezco.

Para los profesionales sanitarios que se empeñan en no salir de las trincheras y para aquellos madrileños que pretenden firmar de nuevo en defensa de la Sanidad Pública otro millón de firmas en papel de rollo suave de doble capa, voy a intentar dar las explicaciones que nuestro presidente de la Comunidad, o nuestro consejero, o alguno de los innumerables viceconsejeros, o de cualquiera de los constituyentes de la Asamblea de Madrid no han podido dar por estar haciendo, por descontado, cosas muchísimo más importantes para el buen gobierno de la Comunidad...no obstante, en cuanto acaben con la partida de mezcladitos o apalabrados es posible que las den...ya sabéis algunos que, a veces, las partidas se alargan una barbaridad si el contrario no hace su palabra. La verdad es que somos afortunados de que ninguno de los responsables de tomar las decisiones en materia de Sanidad sea médico porque un médico no podría estar haciendo esas cosas tan importantes para los ciudadanos, simplemente estará salvando vidas, o aliviando un dolor, o trayendo vidas al mundo...y a hilo de esto último, menos mal que los políticos piensan en todo: Gracias a la nueva ley del aborto que se está "gestando", los malformados van a tener casi los mismos derechos que el resto de los ciudadanos (derecho a nacer, derecho a sufrir, derecho a morir); esto incluye a los acráneos (para la gente no versada son aquellos que nacen sin el recubrimiento del cerebro por lo que este está desparramado en el interior del útero de la madre), o con todos los intestinos fuera de la pared abdominal, o con otras muchas graves anomalías incompatibles con la vida tras el nacimiento. De nuevo gracias a nuestros gobernantes, las madres de estas criaturas tendrán el privilegio de gestarlas durante nueve meses y parirlos con dolor, como manda la tradición, para que fallezca al nacimiento o a las pocas horas de agonía. Así podrán tener la posibilidad de enterrarlos, con lo que gracias a ese dinero, se da trabajo a los profesionales del soterramiento.

Disculpen por desviarme del tema, y resumiendo muy rápidamente los puntos más importantes que implican las medidas del gobierno. Gracias a estas medidas: Bajará el paro en Madrid y no tendrá que disminuir el dinero destinado a las pensiones. 

Al fin y al cabo ese es el objetivo final y gracias a estas medidas se va a conseguir. Para los que sigan sin entenderlo lo explicaré en pocas palabras: Es bien sabido y así está publicado en revistas internacionales que la gestión privada de la Sanidad con dinero público mata a más gente como nos recuerdan reiteradamente los profesionales sanitarios. Asimismo, se sabe que se diagnostican menos enfermedades y que los tratamientos son menos eficaces para que todo ese dinero público sacado de nuestros impuestos pase a manos privadas (recordamos que el dinero que se entrega a estas empresas es para sacar el máximo beneficio y para ello tienen que disminuir el gasto). Esto es una realidad ya comprobada así que gracias a estas medidas morirán más madrileños. Teniendo en cuenta que los parados superan la cuarta parte de la población activa y los jubilados son los que más enferman, serán estos los que más mueran y así de esta forma disminuye el paro y la partida de dinero destinado a las jubilaciones no se ve mermada.

Que no se preocupen los profesionales sanitarios por el juramento hipocrático ya que el "primum non nocere" (lo primero no hacer daño) lo tendrán garantizado ya que con la falta de personal que reina y reinará todavía más, posiblemente ni lleguen a ver al paciente a tiempo, y si lo ven, el juramento obliga a dar, con los medios con los que se cuentan, el mejor consuelo, y como no tendrán otros medios, el paciente no echará en falta nada. Como ejemplo un infarto que se puede tratar con pastillita o con operación, así que si no hay operación dentro de la cartera de servicios, pues pastillita (por cierto, hay que recordar que desde las gerencias de los hospitales los traslados están casi proscritos ya que ello conllevaría una pérdida de dinero para el hospital); si viene un recién nacido que requiere una operación con cirujano pediátrico y anestesista especializado pues habrá que apañarse y ponerse gafas de aumento que al fin y al cabo es como operar a un adulto pero más chiquitín. 

No se preocupen por el sueldo del personal sanitario porque en relación a los facultativos, los médicos españoles cobran algo más que los médicos albaneses, y si quieren cobrar más pues para eso tienen la opción de irse a cualquier otro país de Europa (por ejemplo en Portugal mismo, donde el sueldo se triplica). Además, por norma general, con la gestión privada suelen ser mayores los sueldos de los médicos porque como pagan por objetivo, cuantas más altas den y cuantas menos pruebas pidan, más cobran, así que seguro que de esa manera no despilfarran solicitando pruebas que en la mayoría de los casos están dentro de los límites de la normalidad, y si no lo están, pues ya dará la cara cuando crezca lo que sea que está causando el problema.

Por cierto, a ver si dejan de decir que la Sanidad se privatiza: Eso es mentira (por ahora, claro, pero dentro de unos añitos...). Si se privatizara, querría decir que no hay dinero para que sea pública y por lo tanto, todos los madrileños tendrían que pagar un seguro para ser atendidos. De esa forma, cualquier paciente elegiría a su médico, que le pediría las pruebas pertinentes para su correcto diagnóstico y con su posterior tratamiento, que tendría que costear, en función del seguro contratado, en parte o en su totalidad el paciente. Pero aquí no se privatiza, porque sí que hay dinero, el dinero de nuestros impuestos para enriquecer a una empresa privada a costa de nuestra salud, con lo que realmente se hace un servicio a una entidad para que gane dinero y puedan gastarlo en comprar coche deportivos con lo que el mercado del automóvil se verá reflotado. Para la gente que no lo entienda, es como lo que hizo el gobierno de la Comunidad valenciana con Urdangarín y su empresa Noos.

La verdad es que se agradece la pasividad en general de los madrileños hasta este momento porque yo hasta que no vi como se fusilaba hoy la Sanidad no me dí cuenta de lo fácil que era comprender la estrategia del Gobierno, y lo cierto es que fue una pena que se tratara simplemente de una representación porque si se hubiera fusilado a todos esos médicos, más barato saldría el mantenimiento de la Sanidad, y disminuiría el paro, y habría menos pensiones que pagar...la verdad es que suena bien, a ver si hay suerte y algún viceconsejero informa al consejero para que a su vez informe al presidente de la Comunidad de que con un cierto número de fusilamientos...aunque bueno, para qué gastar balas; teniendo en cuenta que según la presidenta Cospedal con los escraches hemos vuelto al nazismo, posiblemente estará mejor visto, para no desentonar, matarlos es una cámara de gas tras esclavizarlos, experimentar con sus cuerpos, torturarles y extraerles de sus posesiones (su dignidad si siguen en la Comunidad después de la externalización ya la habrá perdido la mayoría así que no habrá problema).

Lo único que no acabo de entender es por qué se va a gastar menos cuando se externalice la Sanidad...la verdad es que por muchas vueltas que le doy a esto último no consigo verlo y mira que creía que después del día de hoy me había vuelto más sabio...si el dinero es el mismo y una empresa quiere sacar el máximo beneficio, cuanto más ahorre la empresa más se enriquece, pero ese dinero va a una cuenta privada y no a las arcas públicas...no sé, será que yo no soy político y por eso no entiendo de estas cosas...simplemente soy un triste médico que se empeña en aferrarse a lo poco de orgullo que los años de ejercicio de la profesión le han dejado y, ni que decir tiene, lamenta profundamente esgrimir la ironía como espada, con más o menos acierto, por no tener el suficiente humor como para componer una chirigota como marcan los cánones españoles cada vez que vemos como se merman día tras día nuestros derechos.

martes, 30 de abril de 2013

Cartas a mi padre: España enferma

Cartas a mi padre: España enferma



Cartas a mi padre: España enferma
Querido padre:
Nunca pensé que en mi cabeza hubiera cabida para la desazón y el desánimo al hablar de mi carrera. Sé que en tu juventud soñaste alguna vez con ser médico y que por las circunstancias que te tocó vivir, o más bien sobrevivir, no pudiste llevarlo a cabo, apostando igualmente por una vida de servicio y deberes, más que por una de derechos y gratificaciones. Quién te iba a decir que, medio siglo más tarde, tu vástago iba a contagiarse de la más adictiva de las vocaciones, una profesión tan agridulce que me acompañará irremediablemente hasta el fin de mi vida consciente y apostaría que, sin el menor atisbo de duda, aún más allá.
Recuerdo, padre, todos los sacrificios que bien sabes que se remontan a mi infancia tardía, pasando por la más indómita de las adolescencias, de tantas lecciones impartidas y compartidas a la vuelta de tu trabajo, de superar una selectividad elitista, seis años de carrera que se antojaron caprichosamente largos cuando veía a mi alrededor a los compañeros de instituto ganar dinero y hacer planes en los cuales no podía ser partícipe por falta de tiempo o de fondos, a pesar de la paga que con tanta disposición me ofrecíais con tal de que me diera un poco el aire al salir de debajo de toneladas de libros, de jornadas de clases de más de 12 horas…vi pasar el lustro más uno, y todo lo pasado se desdibuja en la más efímera de las banalidades cuando hice frente al vilipendiado MIR (Aún no me explico cómo tantos miles de personas llegamos con fuerzas para presentarnos a aquel examen y superarlo…no me extraña que alguno lo hiciera vistiendo la camiseta de Superman; creo que es lo más parecido a la sensación que debe tener un ñu al cruzar entre cocodrilos el río MARA que, dicho sea de paso, tiene un nombre bastante similar); y superado ese escollo, vuelta a empezar, durante otros cuatro años de residencia o, más bien, de resistencia.
Recuerdo mis rotaciones en la urgencia, donde mi desayuno se acompañaba de un ibuprofeno y un paracetamol tomados a modo de cóctel, ya que durante las próximas siete horas, cualquier otra actividad que no fuera atender pacientes constituía un mero espejismo. Así día tras día, semana tras semana, intercalando guardias de 24 horas atendiendo más de setenta urgencias diarias y una media de doce partos, comiendo un bocadillo a la hora de la cena y cenando cualquier cosa a cualquier hora comprendida entre las nueve de la noche y las nueve de la mañana del día siguiente…Me sorprende que aún me queden ganas de sonreír cuando recuerdo, en mi primera guardia a las cuatro de la madrugada, atendiendo a una paciente, miré a la auxiliar que me acompañaba y le dije: “¿cómo es posible aguantar así toda la noche?”. Después de un mínimo de cinco guardias mensuales y la jornada laboral diaria de siete horas, prorrogables en muchas ocasiones más allá para asistir algún parto o preparar alguna sesión durante años, sigo sin tener respuesta…ignoro el cómo pero, lo cierto es que, sé que se puede.  
Y finalizados los cuatros años tras haber aprobado el MIR, mi destino fue buscarme la vida, como gato panza arriba, y tras más de diez años de contratos eventuales aquí sigo, viviendo más para el trabajo que trabajando para vivir.
Padre, ¿cómo es posible que después de todo lo vivido, de comunicar a cientos de pacientes que tienen un cáncer; de ver derrumbarse a docenas de parejas al anunciarles que el bebé que llevan esperando ilusionados durante meses a que nazca, tiene una anomalía incompatible con la vida, o simplemente que ha dejado de moverse porque el corazón ya no late pero aún así deben parirlo, de hacerles entender que no es culpa de nadie, que esas cosas pasan aunque uno siempre piensa que no le va a ocurrir a él; de la imposibilidad de olvidar caras, nombres y voces de pacientes que has diagnosticado y que tras meses o años de lucha, la enfermedad les ha vencido; cómo es posible que sea ahora cuando me siento más derrotado?
Lo más curioso, padre, es que tras estudiar tratados y tratados de patología de toda índole y esfera, durante todos mis años de formación, ningún libro me enseñara a curar un país, porque lo cierto es que quien está enferma es España, el mayor paciente impaciente, quien padece una dolencia que sesga un estado de bienestar que tantos años ha llevado construir, y se ha empezado a cobrar vidas de forma directa o indirecta.
España enferma, no hay ninguna duda, porque cuando uno se para a pensar que quien toma las decisiones en la Sanidad española no es médico, ni enfermera, ni auxiliar, ni siquiera ha empujado una camilla de un paciente infartado, amputado, apuñalado o abortando; que a su vez, éste es asesorado por unos consejeros que carecen de formación y un día aconsejan sobre Sanidad y al día siguiente aconsejan sobre transportes, que de nuevo a su vez, éstos tienen unos cuantos viceconsejeros que, por no saber más que el aconsejado, tampoco tienen la más remota idea de auscultar, hacer una cura o poner una cuña.
Cómo es posible que sigan pasando los días y nadie despliegue algo de cordura entre tanta sinrazón. España está enferma, y por sus heridas se pierden millones de euros, millones de ilusiones y proyectos…pero de verdad es tan difícil entender que: “si dispones de una cantidad de caramelos, o manzanas, o peras, (el ejemplo que queráis que os recuerde a los problemas que se resolvían en el colegio), si le entregas esa misma cantidad de X a Ignacio, e Ignacio a su vez se lo entrega a Antonio, y este a su vez lo reparte entre sus amigas, Sofía, Leonor y Cristina, el valor de X será el mismo que tendremos al final y que, sin embargo, si Ignacio entrega X caramelos a Antonio, y éste, en vez de dárselas a Sofía, Leonor y Cristina directamente, se las da a Víctor para que las reparta, pero éste se come antes dos, habrá menos caramelos al final para repartir. ¿Hay alguien que no lo entienda? A ver, Javier, tú que eres de letras y quizás te cueste más entenderlo, ¿tienes alguna duda?”.
Porque lo cierto es que la gerencia de todos los Hospitales de nuestra región son puestos que dependen directamente de la Comunidad de Madrid, que no los eligen los médicos, ni las enfermeras, ni las auxiliares, ni el personal de limpieza; tan cierto como que los hospitales que ahora desean “externalizarse” ya están dotados con un personal por debajo de lo que se requiere para funcionar con ciertas garantías, y que los médicos en España tenemos sueldos que harían sonrojarse a cualquier otro profesional de cualquier otro país del llamado desacertadamente primer mundo.
Para quien no lo sepa, la enfermedad nunca produce ni producirá dinero, cuando se destruye una infección, cuando se extirpa un tumor, o cuando se mitiga un dolor, no salen billetes del culo de nadie, la salud cuesta dinero, y quien no lo entienda así, se equivoca.
Yo no quiero que parte de mis impuestos se conviertan en beneficios para otros, no quiero que me obliguen a renunciar a un determinado tratamiento o prueba diagnóstica si sé que su carencia puede acabar con la vida de una persona, no puedo asumir ver el doble de pacientes cuando actualmente ya veo por encima de mis capacidades porque, cuando atiendes en un bar, cuando juzgas desde un estrado, cuando cocinas para cien en vez de para cincuenta, las consecuencias son que se tardará una hora más en servir las cervezas, se acumularán las carpetas de casos pendientes durante meses, que echarás azúcar en vez de sal, o se te pegará el arroz al fondo…pero cuando tu bandeja son camillas que transportan pacientes, cuando tus carpetas son historiales médicos de años de evolución, cuando tu sal y tu azúcar se transforman en drogas capaces de salvar o de arrancar una vida si no las prescribes a la dosis adecuada, y en el momento acertado, sólo en ese momento, te das cuenta de que la vida no es un juego, así que ningún político puede decirme lo que debo a no debo hacer, por la sencilla razón de que no tienen ni puta idea de medicina.
Ningún médico es responsable de la construcción de nuevos hospitales o de centros de salud que han quedado a medio vestir, desnudando previamente los ya existentes, o incluso quedando a medio construir, aumentando así de forma exponencial el gasto sanitario; sin embargo, ningún médico pone en duda que hay que ahorrar más que nunca para intentar solventar una situación en la que nos vemos todos sumidos y no precisamente por culpa de la existencia de enfermedades curables o incurables…y sabiendo esto, ¿cómo es posible que nadie pregunte a los médicos qué se puede hacer para ahorrar? ¿necesitan consejeros? Pues los tienen a miles deseando aportar sus ideas, todos los médicos que trabajamos día a día viendo pacientes, que conocemos la realidad de la sanidad, y esto es lo mejor, DAMOS LOS CONSEJOS GRATIS sin abandonar nuestras otras obligaciones asistenciales.
Y vemos perplejos como reconocen los políticos que son auténticos “discapacitados”, citando literalmente del diccionario de la Real Academia de la Lengua:  “…Dicho de una persona: Que tiene impedida o entorpecida alguna de las actividades cotidianas consideradas normales, por alteración de sus funciones intelectuales o físicas…”; incapaces de gestionar la sanidad siendo una consejería de Sanidad, entregan su carta de rendición y capacidad de gerencia a otros que recogen el testigo pletóricos de alegría porque ven un negocio claro al tomar el control de los centros “externalizados”. Lo cierto es que cuando uno lo escribe, más cara de incredulidad se le queda.
No protestamos porque nuestras guardias no cuenten como jornada laboral y sin embargo nos descuenten “el diezmo” sin posibilidad de apelar, no protestamos porque nos bajen el sueldo de forma continuada, no protestamos porque nuestros contratos siguen siendo eventuales después de más de diez años trabajando para la misma empresa, no protestamos porque no tengamos un descanso a media mañana para vaciar una vejiga cada vez más acostumbrada a no quejarse, a que nadie nos sustituya a las tres de la tarde cuando aún quedan pacientes por ver porque has tenido que dar varias malas noticias y has dejado llorar a la familia, y les has dado consuelo y ánimo en la consulta y no en el pasillo para no perder el tiempo, no ponemos el grito en el cielo cuando no respetan las doce horas de descanso mínimo que debe existir entre jornada laboral de tarde y de mañana como marca el Estatuto de los Trabajadores, y sin embargo será por algo que nos hemos levantado todos los médicos ante esta afrenta al sentido común. Señores, resulta que en la privada, tanto de “gestión externalizada” como en la privada de sociedades, los médicos ganan más dinero que en la pública, que no es por ganar más trabajando menos, a ver si se enteran, que si hubiera querido ganar dinero nunca me hubiera hecho médico, sino que me hubiera afiliado a las listas de cualquier partido político y ni carrera me hubiera hecho falta estudiar. Es más, hasta me pondrían un traductor “que me falase na lingua da miña terra” por si me supusiera un esfuerzo hablar el español-castellano.
Qué lástima que los políticos sean incapaces de entender que la función de la representación de los demás es un acto vocacional y no uno vacacional…recuerdo un episodio que llegó a mis manos que narraba como en el país de los ratones gobernaban los gatos negros y se alternaban en el poder con los gatos blancos…si somos ratones necesitamos que nos gobiernen ratones, pero ratones preparados con una predisposición a servir más que a ser servidos, a dar más que a recibir, a sacrificarse los primeros antes de ver como todo el pueblo sucumbe ante su despotismo… ¿existen estas personas entre la clase política? ¿es tan difícil elegir a los más preparados para gobernar entre el total de constituyentes? Médicos a Sanidad, profesores a Educación, investigadores a Investigación y desarrollo, un ingeniero a Industria, o un juez a Justicia…¿de veras estoy diciendo algo tan inconcebible?
Hace ya muchos años, me decías entre risas que yo iba para político por mi capacidad de convencer, en ocasiones más por insistencia que por el peso de los argumentos esgrimidos y, sin embargo, en estos últimos meses, por más testimonios y perseverancia que vuelco en mis intentos de transmitirte la inmensa repercusión de los cambios que pretenden implantar en la Sanidad, mis esfuerzos resultan estériles. Me siento como quién denuncia una conspiración que resulta tan inverosímil de creer que es tomado por un orate.
Me pediste una vez que no callara si algo no era justo; pues bien, ya que mi voz y la de miles de personas las consiguen acallar con “un silencio administrativo” más que frustrante, (aunque peor aún es cuando rompen ese silencio para hablar de medicina sin tener ni idea de lo que dicen) manipulando unos medios de comunicación y a unos periodistas que nada tienen que envidiar a los que tantas veces se han criticado de otros países con más que dudosas democracias, (vergüenza debería darles por no contrastar ningún tipo de información, porque no son periodistas, son una ridícula mezcla de un vendedor de teletienda y un patético amago de showman), dejo mi palabra escrita, para que quien quiera leerla, que así sea, quien quiera criticarla esté en su derecho, y quien quiera hacerla suya, emulando al cartero de Pablo Neruda, “las palabras no son de quien las escribe si no de quien las necesita”.
    Un beso y un fuerte abrazo, padre, de tu hijo que te quiere.

Jos